domingo, 17 de junio de 2007

Por qué no leer Libertad Digital (II)

Parece que en el juicio del 11M ha quedado claro la necesidad brutal y carroñera de involucrar, del modo que sea, a ETA.
Es obvio que los intereses son de un lado políticos, ya que la teoría de la conspiración fue defendida por el PP (sobre todo por Acebes, Zaplana y Rajoy) y con mayor dureza por medios afines, no digo periodísticos porque periodistas no son, pero cabe citar a Libertad Digital con Luis del Pino a la cabeza.
A nadie se le escapa que, desde el 11 al 13 de marzo, decir que el atentado era cosa de los islamistas era lo mismo que asumir la gran cagada que supuso tanto la foto de las Azores de Blair, Bush y Aznar (que nunca serán juzgados por crímenes de guerra, a pesar de haber invadido un país) como la participación en la invasión de Iraq, cuyas consecuencias todavía no han llegado del todo. Que Iraq esté peor que nunca (es el país más inseguro del mundo hoy día) o que haya atentados día sí y día también son las más evidentes, pero la libertad de movimientos de que goza ahora Irán, sin que Sadam pueda actuar como perro de presa (por algo lo puso Reagen al mando, aunque los americanos no quieran hacer memoria) es algo que no sabemos dónde acabará. Iraq no tenía armas de destrucción masiva, así lo decía un informe de la ONU con el que los tres simpáticos mandatarios se limpiaron sus fascistas culos, pero Irán las va a desarrollar (si no lo ha hecho ya) en breve.
Y después de las elecciones, asumir la culpa o la ignominia o el error era (es) algo inconcebible para el PP. De ahí la necesidad imperiosa de que ETA estuviese implicada en los atentados, a pesar de toda lógica.
Todo esto, para decir que Luis del Pino escribe en ese panfleto con el que intenta engañar a quien se deje, al igual que el resto de participantes de ese reducto facha (sí, facha, en el sentido de franquista). Pío Moa (que asesinó a un policía dándole un martillazo) sigue mintiendo sobre la guerra civil. Y que nuestra generación, que no ha vivido las miserias de la represión y la posguerra, lo crea, es lo de menos. Lo triste es que crean en las "rigurosas investigaciones" de ese gran hijo de puta que es Moa gente culta y que nació por los cincuenta. Triste, muy triste.

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